domingo, 30 de marzo de 2014

La Gran Guerra de los Champiñones: Nieve y verde

Al igual que el anterior, es solo un relato y no explica nada. No lo tome como una teoria, es de entretenimiento. Si quieren diganle a otros amigos, seria genial. Espero que les guste

Nieve y verde

Teresa no era un muchacha norma, tenia doce años, pero no hacia cosas de su edad. Tenia una mete muy madura como para pensar que es una niña. Leia constantemente los estudios de Simon Petrikov y Betty Grof. Creia en todo lo que ellos escribian y no se perdia nada de lo que publicaban. Desdichadamente, era muy solitaria y ermitaña. No le gustaba la multitud ni el bullicio, muy rara vez salia de su casa, a veces solo para el colegio o para acompañar a su madre en el mercado, pero nunca salia por diversion, le parecia, sencillamente, una perdida de tiempo. Creia queera mejor que toda la gente leyera libros y se olvidara del resto del mundo. Vagamente veia television. Y lo unico que veia era un canal educativo de ciencias e historia, pero cuando la guerra predomino el panorama de la television, no lo encendia para nada. 
Pero la guerra se hacia cada vez mas presente y ella mas se recluia en su habitacion. Habia oido hablar de un nuevo libro de Simon Petrikov y Betty Grof, era un tanto diferente a como eran los demas, pero ella no dudo en decirle a su mama que se lo comprara. 

La nieve empezo a llenar la calle donde vivia y la guerra se haca mas grande, pero no habia llegado a Toronto, donde ella vivia. Teresa se prguntaba como podia nevar en pleno julio. 

Ya no pasaban nada en la television. Solo se podia ver un pantalla rayada y ruidosa. La madre de Teresa trataba, todos los dias en sintonizar algo en el televisor con las antenas. Un dia, finalmente, sintonizaron un cana de noticias, Teresa no quería ver, pero su madre le obligo a hacerlo. Hablaron, exclusivamente, de la guerra. Los muertos, los heridos, las armas, las ciudades destruidas. Nada le interesaba aTeresa, ero su madre e mostraba muy aenta. Se iba a ir, pero nombraron a Simon, ella se devolvio los pasos y miro atenta. Simon Petrikov era el causante de esta extraña nevada. El noticiero dijo que la extrañeza del suceso era inimaginable, que Simon causaba estragos con rayos de hielo y nevadas intensas. Aconsejaron que lo mejor era irse del pais a tierras mas calidas. 
Teresa quedo anonadada. Simon era un monstruo y era el causante de la nevada. Su madre armo las maletas en el acto. Ella estaba asustada por lo que acontecia. Teresa estaba igual. En el acto, ayudo a su madrea hacerlas. En un dos por tres las maletas estaban listas. La mamá de Teresa iba llamar un taxi, pero la lineatelefonica se habia caido. Entonces, Teresa busco en la maleta dos chaquetas, una para ella y otra para su mama. 
Salieron a la calle. Por suerte aun era transitable y la nieve no era muy alta. 

Por tres días caminaron hacia el sur, pero no encontraron calor. Todo era nieve y frio. Tras cada dia hacia mas frió. Ya la madre de Teresa estaba mas debil, pero Teresa se negaba a dejarla. La iba a arrastrar si fuese necesario, pero no la iba a abandonar, ella era lo ultimo que le quedaba de familia. Pero tristemente murio. Cuando murio estaba congelada. El frio se la llevo. Teresa cabo una tumba para el cuerpo de su madre. No la pudo enterrar en la tierra, por que era muy dura, en cambio la cubrio de nieve y, con unos leños, hiso una cruz. 
Teresa camino por unos dias mas hasta desmayarse. Lo ultimo que vio fe la extraña silueta de un hombre delgado.
Al despertar, se encontro en los restos del lobby de un edificio. Evcho una mirada por el lucar y se encontro con un extraño hombre de piel azul y barba blanca. No sabia quien era pero se asusto al verle. 
-¿Quien eres?-pregunto Teresa.
-Tu salvador-respondio el hombre.
Teresa no tenia la menor idea de quien era.
-¿Como te llamas?
-Simon, Simon Petrikov.
En ese instante ella salio corriendo a lo profundo del edificio. Simon Petrikov era un monstruo ¿Pero por que la salvo? Ella no se podía responder la pregunta. Se suponía que el era un terrible hombre que quiere congelar e planeta, no un salvador de niñas.
No se fijo si Simon le seguía, solo corrió a lo profundo del edificio hasta perderle de vista. Finalmente se canso de correr. Se hallo en un gran salón parcialmente congelado. El cielorraso del salon crugia y se movia. El hielo lo habia debilitado. El cielorraso se empezo a mover, pero Teresa no le prestaba atencion, solo se echaba para atras, dando lentos pasos. El cielorraso ya se movia violentamente y habia captado la atencion de Teresa. Una grieta recorrio el cielorraso, luego se partio. Teresa estaba en medio del salon, sobre el cielorraso crugiente, que se ropio, amenazaba a aplastarla, pero ella estaba inmovil, el miedo le petrificaba y congelaba como el frio hizo con su madre. Pero Simon se tiro, en un intento de salvarla. La logro sacar del area de riesgo. Abrazándola, cayo de espaldas a un lado de los restos del cielorraso. Ella lo abrazo y susurró a su oido:
-Gracias.
Luego de un rato, el polvo se acentó dejando ver lo que tumbo el cielorraso. Al verlo ambos Teresa y Simon gritaron estruendosamente. Era un montón de zombies. Smon tomo a Teresa de la mano y salieron corriendo del salon. Los zombies le siguieron a ambos. Mas zombies bajaron de por las escaleras, chorreando a su vez un liquido verde de donde deberían estar los ojos y la boca. 
-¿Son zombies?-pregunto Teresa.
-Si-respondió Simon a lo que agrego-son un peste.
Por suerte la salida estaba despejada y pudieron escapar. Los zombies no le siguieron, se quedaron en el lobby.
-Los zombies no son reales, son una invension del cine y la mitologia vudu.
-Pues se escaparon del cine, niña. Disculpa, no se tu nombre.
-Teresa, Teresa White.
-¿Te encuetras bien?
-Asustada.
-Yo tambien.
Teresa no comprendi, Simon habia causado la nevada y habia desolado las ciudades, pero tenia miedo en ese momento. Ella no lo creia.
-¿Como puedes tener miedo? Has destruido ciudades, congelado la mitad del globo y miles de personas con ella.
Simon no dijo nada.-
-Eres un monstruo.
-Yo no soy el monstruo, es esta corona.
Simon tomo una corona que colgaba de su cinturon. Ella creia que él se la habia robado y que la cargaba como si fuese un premio.
-¿Como asi?- pregunto ella.
-Hace unos años encontre esta corona en Escandinavia. Ella es mi desgracia, pero me ha mantenido con vida. Ella me da los poderes del hielo y la nieve, y es la causate de esta nevada. Yo soy prisionero de ella y no la puedo dejar atras. Si hago cosas que lastiman a los demas, entiende, no soy yo, es la corona, tiene vida propia.
Teresa se disculpo con el y le prometio acompañarle hasta el fin de sus dias. 

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