lunes, 31 de marzo de 2014

La Gran Guerra de los Champiñones: Nieve y verde II

Esta es la continuación de Nieve y verde.

Nieve y verde II

No hay día en el que Simon y Teresa no peleen contra un zombies. Estan en todas partes, en lo edificios, las casa, las tiendas, autos, calles. . . en todas partes. Son muy molestos, atacan solos. Muy rara vez los consiguen en grupos, pero no superan diez. Una vez Teresa le suplico que le prestara la corona para ver si el poder de la corona pasaba a ella, pero el no se la iba a dar. Teresa le suplico y le suplico, pero el decia:
-No te quiero ver como estoy yo. No quiero verte sufrir.
-Simon-dijo ella-. Estare bien.
Finalmente le cedió la corona. Ella se la puso, estaba nerviosa, creia que se volveria demente, pero nada paso. No oyo las voces que Simon dice oir cada vez que se la pone, no sintio el poder de la nieve y el hielo, no sintio nada. 
-¿Que paso?-se pregunto intrigada.
-Nada-le respondio él- al parecer, solo yo la puedo usar, mientras este con vida.

Un dia, mientras se paseaban por el parque de la ciudad, se consiguieron un extraño pozo lleno de un liquido verde, similar al que los zombies botan por su cuerpo.
-¿Que sera eso?-pregunto Teresa parada al lado de Simon a pocos metros de pozo.
-No se, pero huele feo.
-Si, huele horrible, me voy vomitar. Se parece a la cosa verdad que sale de los zombies.
-Cierto.
Simon tomo una vara y la metió en el pozo. Luego la saco y noto que esta le habian salido una especie de verrugas que crecian rapidamente, hasta cubrir todo la vara. Simon la solto cuando vio como se puso.
-Que asco-dijo Teresa- muto, tal vez esa sea la causa de los zombies.
-¿Y si lanzamos un cadáver?-propuso Simon sarcasticamente, luego se rió.
-Ya hay suficientes zombies en el mundo.
Simon siguió riendo, pero Teresa se mostraba molesto. 
Teresa cargaba una cesta de picnic, secretamente, en su mochila. La habia tomado en un automercado a las afueras de la ciudad. Tambien abia tomado unos sandwiches, una gaseosa, uvas, manzanas y mermelada de fresa. Pensaba hacer un dia de campo con imon, para distraerse un poco de los zombies.
-Pum, pum-dijo Teresa al llegar a la cima de una hermosa colina.
-¿Que pasa?- pregunto Simon al oir a Teresa, luego volteo.
-¡Dia de campo!-le respondio.
El se alegro, ya ella habia preparado todo, la comida, la bebida y el postre. Era nada mas de sentarse.
-¿Donde conseguiste esto?-pregunto Simon.
-En el automercado que pasamos ayer. 
-¿Todo?
-Todo. Estaba fresco como una lechuga...como una lechuga plantada.
Hablaron, contaron chistes y se llenaron de comida. A pesar de la horrible vista, el dia era perfecto. Ya no habia vuelto a nevar y el sol ya habia salido, por primera vez desde hace meses. 
Al terminar de comer, Simo busco unos palillos en su mochila. Teresa sonreia en ese momento a la vez que trataba de sacar la comida de sus dientes con saliva. De repente, Teresa vio que una foto se salio de su mochila. Era de una mujer ¿Simon tenia novia? Teresa quedo desconcertada ¿Quien era aquella mujer de la foto? Le iba preguntar a Simon, pero vio que él la recogio velozmente, como si no quisiera que ella la viera. Prefirio preguntarle despues. Al rato, Simon saco por fin dos palillos. Se limpiaron los dientes, comieron las uvas y partieron.

Luego de un da de caminata, Teresa le preguto por la mujer de la foto.
-¿De quien era aquella foto que se te cayo en el dia de campo?
Simon se torno triste, pero respondio:
-Es Betty, mi prometida. Nos ibamos a casar, pero desde queencontre esta corona, ella desaparecio y no la vuelto a ver. Era mi princesa y la amo, pero no se donde esta. 
-¿La estas buscado?
-Si, creia que habia escapado a otras ciudades, pero no la he encontrado. En cambio te encontre a ti y has sido una bedicion para mi.
A Teresa se le escapo una lagrima, nunca antes habia escuchado eso de nadie que fuera su madre. Era la bendicion de alguien, que hermoso regalo.
-Simon-dijo Teresa anonada-Gracias. Tu...tambien has sido una bendicion para mi. Eres mi unico amigo en el mundo. Si encontramos a Betty ¿Me pudiera quedar a vivir con ustedes?
-Claro, mi Teresa, eres mi mejor amiga.

Un dia unos zombies los atacaron, aun en la ciudad. Llegaron de nuevo al parque con los zombies mordiendo su polvo. Simon estaba muy preocupado por Teresa, tal vez este seria su fin, ya que habian demasiados zombies para pelear. Entonces, las joyas de la corona brillaron, captando la atencion de Simon. La corona era la salvacion.
-No, Simon-dijo Teresa al ver que tomaba la corona.
-Teresa, no hay de otra.
-Simon
-Busca donde protegerte.
-¿Donde?¿Detras de un zombie? Estamos rodeados de ellos.
Simon no presto atencion y se puso la corona. Teresa iba a correr pero el pozo verde estaba detras suyo ¿Y si se lanzaba? ¿Se volveria zombie? No le dio iepo de pensar, ya que no ventisca le hizo perder el equilibrio e hizo que se cayera al pozo. 
-¡SIMON!-grito mientras se humdia en el pozo.
Este, aun controlado por la corona, volteo y le miro. Veia sucara de dolor, sentia su dolor, su sufrimiento y su muerte. Rapidamente se quito la corona y fue a sacarla del pozo, por suerte ya todos los zombies estaban congelados. No encotro su cuerpo y no se iba meter. Pero de repente un tentaculo salio del pozo. Simon se hecho para atras. Luego otro tentaculo, y otro, y otro mas. Eran extrañamente azules. Simon no estaba asustado pues sabia quien era.
-¿Teresa?-pregunto a los tentaculos.
-Simon-dijo una voz desde el pozo.
Luego una monstruosa cabeza salio del pozo. Si era Tresa, habia conservado sus facciones de niña, pero su piel era ahora azul y su cuerpo era mostruoso. 
-Simon-dijo agonizante.
-¿Estas bien?-le pregunto Simon.
-No-respondio-. Se acerca mi muerte a un paso aceleado. No me queda mucho.
-Teresa-se le aguaron los ojos y su garganta se hizo nudo-, perdoname, perdoname, no fue mi intencion, fue...
-La corona. No te preocupes, seque solo lo hacia por protegerme. Ahora sere feliz, por que morire a tu lado.
-Deseria abrazarte.
-Y yo a ti. Te quiero Simon.
Y murio. El pozo consumio su vida como si no la tuviera. 
Simon lloro por dias, pero se prometio seguir, por ella. Otra vez perdia a alguien que amaba y todo por su culpa. El peso de eso era muy grande. No lo soporaria. Pero a los dias, en otra ciudad, se consiguio a otra niña era mas pequeña y extrañamente gris. De pelo corto y linda sonrisa. Estabasola, en medio de una ciudad en ruinas, llorando. Simon la ayudo y le regalo un osito rosado. Se hicieron amigos, pero no olvdo a Teresa, su gran amiga, que vivio entre nieve y verde.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Por favor, nada de malas palabras y no ofendan a nadie, ni a mi ni a los demás. Expresense sanamente.